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El Mito de Perséfone (Versión para mi sección Cuentos para niños)

Con el permiso de Cantar de Ayalga, cuelgo aquí su primer cuento pagano para niños. Me parece una iniciativa muy interesante ya que podemos encontrar muchisima mitología, leyendas para leer, pero que pasa con los mas pequeños de la casa, ellos también tienen derecho a saber y tener una versión que puedan entender hasta que lean el original. Podéis ver este y otras muchas mas cosas en su blog.


El Mito de Perséfone (Versión para mi sección Cuentos para niños)

Hace muchos muchos años, en unas tierras lejanas, entre todos los dioses destacaba uno, el Dios del trueno, responsable de las tormentas y amo y señor del Olimpo, Zeus, y una Diosa, Deméter, ella era la diosa de l tierra, la protectora de los campos, las flores y los cultivos, la principal responsable del florecimiento de las plantas, del crecimiento de las verduras, las flores y las hortalizas.

De la unión de estos grandes dioses nació una hermosa niña, que recibió el nombre de Perséfone. Su madre pensó que el Olimpo no podía ser el hogar de su amada hija así que tomó una decisión y se la llevó al campo, donde creció en pleno contacto con la naturaleza, comprendiendo y amando con todas sus fuerzas las grandiosas obras de su madre.

Sus días transcurrían en la paz más absoluta, rodeada de seres mágicos que acompañaban a la joven en sus paseos por el campo.
La hermosa niña poco a poco se fue haciendo mayor, y se convirtió en una mujer ten bella, que no dejaba de recibir constantemente la visita de hombres y dioses que pedían su mano desesperados.

En ocasiones era la misma Perséfone la que rechazaba a los pretendientes, pero habitualmente era su madre, Deméter la que los alejaba de su hija, ya que temía que alguien quisiera lastimarla.

Pero se les escapó un pequeño detalle, Hades, hermano de Zeus, Dios del inframundo, una tierra oscura y fría, sin vida, donde las almas viajaban sin rumbo por amplios lagos repletos de aguas de tristeza y desolación.

Constantemente Zeus recibía a su hermano que no paraba de pedirle  a Perséfone, pretendía llevársela al inframundo y convertirla en su reina ya que su belleza y alegría le habían cautivado, Zeus ocupado en otras cosas y sin dar la importancia que real que se merecían aquellas conversaciones terminó por ceder y eliminó todo tipo de protección sobre Perséfone durante unas horas, incluyendo a su madre a la que trato de entretener durante ese tiempo.

La tarde transcurría soleada, Perséfone recogía flores de todos los colores junto con sus amigas las ninfas, entre bailes y cánticos llenando los cestos poco a poco. De pronto un ruido seco y tosco que provenía del interior de la tierra sobresaltó a la muchacha que con horror veía como una grieta se abría a sus pies y de ella salía una mano que la sujetaba ifuertemente.

Finalmente consiguió arrastrar a la joven y cerrar la grieta tras ella. 

Perséfone había desaparecido, los aterrados ojos de las ninfas la buscaban por todas partes pero no lograban encontrarla. Las horas pasaban y Deméter se ahogaba en sus propias lágrimas por no saber donde se encontraba el tesoro más preciado que poseía, su tristeza apagaba su poder, ya no tenía fuerzas para ocuparse de sus tareas y obligaciones.

Tras varios días las hojas de los árboles comenzaron a ponerse amarillas, tras esto se secaban y se caían al suelo, las flores se secaban y los campos de cultivo habían dejado de presumir de verduras y hortalizas.


Pronto la pena de Deméter inundo los campos, la vida que en ellos existía desaparecía por momentos, los colores se tornaron y de los mil colores que decoraban los campos, tan solo se podían ver colores amarillos y amarronados.

No faltaba mucho tiempo para que se empezase a notar la falta de alimento y para que los habitantes de la tierra comenzasen a tener hambre, Zeus, observaba con angustia como todo se desmoronaba a sus pies.

Deméter interrogó a las ninfas que acompañaron a Perséfone la tarde de su desaparición. Ellas entre sollozos y lágrimas le contaron que el terror se apoderó de sus cuerpos y que por más que trataron de moverse no pudieron hacer nada por rescatarla.

Como castigo Deméter las convirtió en sirenas y las obligó a pasar el resto de sus días bajo las guas.

Zeus decidió hablar con su hermano y llegar a un acuerdo con él, Hades accedió pero con una condición, Perséfone podía salir del inframundo siempre y cuando no comiese ningún fruto de los que allí había.

Lamentablemente Perséfone antes de abandonar su prisión se encontró con su fruta preferida, la granada, y no pudo resistirse a probar algunos granos, y mientras saboreaba los rosados granos, Hades se frotaba las manos ya que sabía que su amada Perséfone quedaba vinculada para siempre al inframundo al comerse los granos de la granada.

Zeus observaba como los humanos comenzaban a sentir la necesidad de alimento, y pronto comenzarían a desvanecerse, al igual que los animales de las granjas y si miraba un poco más lejos podía ver como en el mundo salvaje también se comenzaba a notar la falta de alimento. Sintió una fuerte punzada y decidió rogarle a Hades.

Hades y Zeus llegaron a un acuerdo, Perséfone pasaría seis meses en la tierra y seis meses en el inframundo, así repartirían cada año en dos partes. Cuando Deméter supo del regreso de Perséfone su alegría lo inundó todo, pequeños brotes aparecían en las ramas de los árboles, las plantas comenzaban a tener capullos de los que pronto saldrían preciosas flores, y los primeros tallos podían verse ya en los campos de cultivo.

A la llegada de Perséfone una explosión de color llenó toda la naturaleza, la alegría inundaba cada rincón y a las pocas semanas ya se podían recoger frutos maduros. Los campos volvieron a ser fértiles, las verduras y hortalizas salían a la luz y se alimentaban de ella hasta estar lista para alimentar a los campesinos.

Seis meses después a la llegada de la partida de Perséfone, la tristeza de Deméter volvió a llevar a un periodo de caída de hojas, desaparición de flores y ausencia de frutas, verduras y hortalizas, que no volverían a ver la luz hasta su regreso. Dando el nacimiento de las estaciones siendo la primavera el regreso de de Perséfone junto a su madre, y el otoño su partida al inframundo.



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1 duendecillos dijeron:

Kur dijo...

mira que me gusta este mito creo que mas que ninguno eh? De hecho yo lo tengo en mi libro junto con una bonita ilustración de Démeter :P

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