Macarena Allen. Con la tecnología de Blogger.
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Un cafe entre las sombras

- Te veo y no te estás enterando, crees que es una mala racha o que la muerte del ciclo se acerca, pero en realidad estoy escondido observando cada movimiento que haces, desde el rincón más escondido. Veo como lloras, veo cuando ríes, veo lo que haces, escucho tus palabras. Lo recojo todo para el día que no te des cuenta ponértelo delante y sumirte en las tinieblas oscuras, donde no quieres entrar.

- Sigue pensando que no te veo, sigue pensando que no te siento, sigue pensando que no te huelo. Para mi mejor. No le temo a las tinieblas oscuras, no le temo a lo que puedas hacer con lo que sale de mí. Ni a ti, ¿aun no te has dado cuenta que me importas un comino? Sigue jugando al espía invisible, que a mí me da igual, tanto tiempo observando, tanto tiempo intentando meterte en las profundidades de mi ser, y no has aprendido nada. Mis lágrimas no son provocadas por ti, mi sufrimiento no es a causa de lo que haces o dices. Tengo mejores cosas que hacer, por ejemplo como ahora. No te dedicare ni un segundo más de mis pensamientos, ni de mis palabras, estas son las últimas líneas que leerás. Y como hoy me siento generosa solo te diré una última cosa, No te preocupes tanto de lo que yo pueda estar haciendo, preocúpate de los que tienes dentro, el día que menos lo esperes estarás obsesionado con vigilarlos.
Y ahora me tomare un café con vainilla, nata y trocitos de chocolate. Mmm que rico.

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